lunes, 17 de abril de 2017

La Otra Mocoa

La “maldición” del puerto

Publicada por
JOSÉ JAVIER CAPERA FIGUEROA
Autor:
“Ya son más de 20 años esperando que el agua llegue a nuestras casas” aunque parezca descabellado en Buenaventura tener por un día completo el “servicio” del agua es más que un privilegio se puede considerar como un milagro. Es parte de lo que se escucha decir al humilde habitante del puerto más importante de Colombia. Por supuesto, ya casi 8 días sin agua, gas y desconexión vial que permita el tránsito de gran parte de la mercancía que llega o sale del territorio colombiano, se estima que alrededor de un 80% de los productos que salen y entran a la tierra de macondo deben pasar indiscutiblemente por la tierra de Petronio Álvarez.
Pareciera que la fuerte crisis política y de salud pública que vive Buenaventura, se asociara con la famosa teoría de la maldición de los “recursos” donde las regiones que poseen las condiciones espaciales, temporales, geográficas, paisajísticas, ambientales son las zonas que presentan mayores problemas asociados a la calidad de vida, defensa y autonomía por los territorios, y la búsqueda por garantizar una vida digna a cada ciudadano, aquí aparece la misma historia de siempre Buenaventura es una región que ha sido azotada por las bandas criminales, el paramilitarismo, las guerrillas y el narcotráfico, son alguno de los pequeños males que conserva la historia de los bonaverenses, y que ha sido utilizada reiteradamente desde afuera para señalar eso que llaman “Buenaventura” como otra parte de Colombia.
En efecto, intentemos pensar sistémicamente esta problemática que llevan más de 25 años desde su origen hasta su transformación. Lo primero, que se debe reconocer es que la ganadora de todo esto es la corrupción en sus múltiples versiones (contratos, licitaciones, concesiones, administraciones, políticos, líderes sociales, la mermelada, los planes de choque) esta serie de acciones – políticas cada vez han empeorado la situación del puerto, debido a que todo lo dejan a medias y los más perjudicados son los sectores más excluidos que constituyen la región.
Al momento de analizar los ocho días sin agua, gas y acceso rudimentario en las vías, se puede reconocer que un derrumbe pudo con toda los planes de emergencia que ha diseñado las distintas administraciones por controlar situaciones de esta índole. Es decir, que tanto dinero que se invierte en el manejo de estas situaciones es un pretexto para canalizar los recursos que vienen del Gobierno Nacional, la Gobernación y los mismos impuestos del distrito de Buenaventura.
Han sido históricamente distintas administraciones nacionales y locales que han intentado dar soluciones a la construcción de un acueducto eficiente, eficaz y congruente con las necesidades del puerto, sólo por mencionar unos: Plan cólera, Fondo Nórdico, el Plan Pacífico, el Plan Carrasquilla, los prestamos Infivalle y en esta último periodo el Plan de Choque auspiciado por la regalías que tanto adquieren de los bienes comunales que tiene la región.
En donde todos señalan que el puerto más importante del pacífico colombiano vive en un mar de calamidades, al tener 7 enormes cuencas hidrográficas que pueden abastecer toda la zona y la inversión de más de $200.000 millones en el último periodo, al momento de mirar la situación cuenta con un sistema obsoleto/paupérrimo/arcaico de acueducto, donde es mejor sacar la manguera afuera de la casa que abrir la llave de la misma, al final es un milagro que salgo agua por algún lado. 
En conclusión, han sido los actos impunes dela corrupción, la relación de construir intermediarios para ir saldando los vacíos que tiene la comunidad, no sólo es el servicio del agua sino la luz, el gas, la seguridad, la salud, el empleo, la educación y la lista no para de contar. El tema consiste en que la dimensión de las problemáticas del puerto tiene un carácter insostenible, el mismo Presidente Santos ha manifestado su apoyo pero como es muy común de la cultura política “mucho tilín tilín y muy poco de paletas”, no sólo está pasado con el agua en Buenaventura, sino con el proceso de paz, aunque existe voluntad al momento de materializarse las propuestas/planes/acciones se quedan a medias las instituciones, los actores políticos y los mismo sectores sociales que deberían pensar ¿cómo hacemos para que puedan avanzar estas propuestas? Será que es otra de las “maldiciones” que tiene nuestra época ser corruptos y a medias que es lo peor. 
Véase: http://www.elespectador.com/opinion/jugando-con-candela-columna-682953 ... Ni Hidropacífico que se ve como la crónica de una muerte anunciada (su liquidación total), ni las distintas alcaldías y actores del puerto (José Feliz Ocoró, Eliécer Arboleda Torres, Diego Perea, la Sociedad Portuaria de Buenaventura, la Gobernación, el Gobierno Nacional entre otros) que tiene un cargo de responsabilidad por lo que está viviendo el puerto, sus habitantes y las condiciones de vida que diariamente deben soportar, ahora esperemos la movilización de la ciudadanía y la construcción de propuestas colectivas que nazcan desde la región en búsqueda de pensar una mejor Buenaventura de todos y para todos. 
caperafigueroa@gmail.com

LA OTRA MOCOA
Texto completo .Nuevo Día

La “vaina” esta dura mencionaban los viejos y claro cuando miramos lo que está viviendo la realidad colombiana no paramos de sorprendernos. Pareciera que somos el país de las tragedias vamos desde los feminicidios (Yuliana y la funcionaria de la Universidad del Tolima sólo por mencionar algunos) hasta la avalancha ocurrida en Mocoa, esto deja mucho que pensar de nuestros tiempos. Desde cuando en la tierra de Macondo las cosas suceden y al pasar el tiempo se convierten cada vez en algo más natural.
Ahora sí aplica el viejo dicho “cuando no es nuestro a quien le importa” por supuesto, es de reconocer que existen otros tipos de ciudadanos que muestran su solidaridad, manifiestan su indignación y llegan al punto de proponer alternativas para seguir el camino, si algo tenía claro José Arcadio era la mentalidad de echar Pa´adelante frente a las circunstancias, tanto así que tuvo la valentía de crear Macondo y llevar a un plano de otra realidad a cada uno de sus habitantes.
En efecto, la tragedia sucedida en Mocoa nos deja perplejos pero nos invita a pensar ¿cuáles fueron las circunstancias?, ¿por qué ahora Mocoa es el centro de atracción? Y ¿quiénes son los actores responsables de esta situación? Son grandes interrogantes que nos invitan a reflexionar sobre lo que existe “detrás” de esta fuerte realidad, que vive el pueblo de Mocoa, y en particular las familias que diariamente deben cargar con el recuerdo de ver a sus seres queridos- muertos y desconcertados por no saber qué pasará con sus proyectos, aún más algunos no han podido ser localizados lo que se convierte en una constante incertidumbre en sus corazones. 
La falta de planeación sistémica es la muestra del vacío estructural que posee el gobierno colombiano, desde hace mucho se sabe que el centralismo capitalino es una de las problemáticas más complejas de la democracia colombiana. 
Mientras actores/movimientos/ organización sociales y civiles reclaman mayor participación política y deliberación – argumentativa frente a las decisiones gubernamentales. La política de este gobierno se ha caracterizado por ver las regiones sólo como instrumentos de producción y canalización de recursos. Asimismo, las grandes instituciones/entidades/organismos (Fiscalía, Procuraduría, Defensoría del pueblo, Embajadas, Universidades pública – privadas, centros de investigación, Oenegés entre otros) se localizan en Bogotá, Medellín y Cali: las otras dos en menor medida. Haciendo que las regiones como el Pacífico, la Orinoquia, la Amazonia, la insular y el Caribe sufra los problemas de llevar una política  de planificación territorial e institucional insuficiente  frente a circunstancias como la que vive Mocoa.
Bien lo menciona el Maestro Eduardo Aldana Valdez en su célebre libro “Planeación y estrategia. En Colombia: Universidad de los Andes. 2001” donde aporta elementos profundos para comprender la falta de eficacia que existe en las instituciones colombianas, y la necesidad de fomentar un proceso de modernización, en cada una de estas estructuras rígidas que con el paso del tiempo son conducentes a la concentración y obstaculización de los avances necesarios que merecen las regiones del país. Véase: https://ediciones.unibague.edu.co/index.php/galeria-bibliografica/416/vi...  
En conclusión, no debemos dejar que Mocoa se convierta en un simple centro de lastimas/donaciones/ ayudas humanitarias tal como paso con el terremoto de Armenia, este suceso debería ser la pauta para exigirle a las instituciones y el gobierno nacional transformaciones estructurales en todo los campos ( educativo, salud, seguridad pública, cultural, territorio, infraestructura) no se puede dejar pasar las cosas como sin la familias y las victimas no tuvieran sentido después de lo ocurrido, estamos obligados a mirar los obstáculos de pobreza, corrupción, violencia ( guerrillas, bandas criminales, paramilitares) que existen en la región de Mocoa, que como muchas sólo aparece cuando las regalías, sus bienes naturales y su cultura indígena es instrumento para mostrar la diversidad política y los axiomas constituciones de nuestra democracia colombiana. 
Ya han pasado ya 16 días cuando se conoció la tragedia: han llegado miles de ayudas por parte de organismos internacionales, gobiernos, sociedad civil e instituciones más ayudas necesitamos por supuesto, solidaridad y apoyo a este territorio pero debemos reconocer los obstáculos históricos de pobreza, centralismo e invisibilización que ha sufrido esta zona del país como ellos son muchos los que todavía viven la deuda de nuestra democracia cada vez más paradójica y llena de oportunidades para construir mejores instituciones congruentes con las demandas de los territorios, las comunidades y los procesos colectiva de los actores sociales. Tal como lo debería ser, si estamos pensando en una pedagogía para la paz y la construcción de la misma desde abajo y con los de abajo. 
caperafigueroa@gmail.com


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